Julio 20, 2015.
Con información de El Sur
El menor herido en la balacera del pasado jueves en El Ocotito fue secuestrado por una banda de narcotraficantes que se hacen pasar por integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), y con eso evitan la persecución del gobierno mientras atacan a la población, informó el coordinador de la Policía Comunitaria del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), Salvador Alanís, tras interrogar al herido.
Con él había cuatro muchachos más que hacían labores de vigilancia (halcones) en los cerros, y cuando los bajaban al pueblo los mantenían encerrados bajo llave para evitar que regresaran a sus casas, relató.
En consulta telefónica, dijo que así, bajo el membrete de una organización, las autoridades no los persiguen porque las autoridades no tocan a los integrantes de la UPOEG ni del FUSDEG, para evitar confrontaciones con los pueblos, no obstante, aseguró que la población no va a intervenir por ellos.
Reveló parte de la declaración del muchacho que se encuentra hospitalizado y detenido tras la balacera de la madrugada del jueves cerca del punto de control del FUSDEG, atrás del parque industrial de El Ocotito, donde un joven de 23 años fue asesinado de un balazo.
Aceptó que la siembra de amapola en la sierra de Guerrero y el espiral de violencia en torno a su comercialización es un ingrediente del conflicto, pero el FUSDEG entiende que muchos campesinos se dedican a ese cultivo porque no tienen oportunidades de desarrollo ni supervivencia, por lo tanto no decomisan el producto ni persiguen a las familias campesinas.
Del herido dijo que fue contratado por 2 mil pesos semanales para formar parte del grupo de la Policía Ciudadana de la UPOEG en Coacoyulillo, en la sierra de Chilpancingo. Añadió que la Policía Ciudadana de Buena Vista de Salud, comunidad vecina de El Ocotito lo negó “rotundamente” en una reunión con los comisarios de la sierra y del valle.
Incluso, el comisario de Coacoyulillo rechazó que haya un grupo de la policía de la UPOEG en su comunidad.
Conforme con la declaración, Alanis ratificó que el exdiriente de la UPOEG, Marco Antonio Salgado, El Carioca, era el encargado de operar en la sierra, y ordenó el ataque al puesto de control del FUSDEG, que pretendía llevarse a dos coordinadores del sistema comunitario. Subrayó que los comisarios dieron fe de la declaración.
El joven también dijo que hubo ataques en otros pueblos, pero él se negó a participar porque tenía miedo de disparar un arma, y con otros cuatro muchachos hacían labores de vigía, eran halcones en los cerros, y después de 15 días los bajaban a dormir al pueblo pero encerrados bajo llave para que no volvieran a sus casas.
Dijo que la mamá del detenido daba a su hijo por muerto, porque hace dos meses no sabía de él, lo último que supo es que se había ido a trabajar a El Paraíso, pero estaba con grupos armados disfrazados de UPOEG, que reclutan a los jóvenes, el sector más vulnerable en esta crisis política económica y social que se sufre en el estado.
Afirmó que la Fiscalía General del Estado (FGE) hace su propia investigación del caso, y ayer peritos de esa dependencia hicieron las diligencias en el lugar donde hallaron al asesinado y al herido, que ya recibió garantías para su seguridad.
Sin embargo, precisó que el FUSDEG asumió los gastos de traslado de El Ocotito a Tierra Colorada y luego a un hospital de segundo nivel donde se encuentra, porque necesitaba una operación para sacarle la bala que tiene alojada en el abdomen.
“Conseguimos ambulancia y tuvimos que dar para la gasolina de la ambulancia… es vergonzoso que cuando la gente necesita recursos el gobierno no asuma ninguna responsabilidad”, se quejó.
De la reunión de trabajo con los comisarios del valle de El Ocotito, donde hay representantes de las dos organizaciones, así como con los de la sierra, informó que acordaron con las autoridades locales que todos van a revisar qué está pasando con su gente, para mantener a las policías comunitarias y ciudadanas limpias.
En una próxima reunión, de la que no precisó la fecha, adelantó que programaron tomar nuevos acuerdos para promover la paz, “tenemos que fomentar el respeto y la no violencia”.
Con información de El Sur
El menor herido en la balacera del pasado jueves en El Ocotito fue secuestrado por una banda de narcotraficantes que se hacen pasar por integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), y con eso evitan la persecución del gobierno mientras atacan a la población, informó el coordinador de la Policía Comunitaria del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), Salvador Alanís, tras interrogar al herido.
Con él había cuatro muchachos más que hacían labores de vigilancia (halcones) en los cerros, y cuando los bajaban al pueblo los mantenían encerrados bajo llave para evitar que regresaran a sus casas, relató.
En consulta telefónica, dijo que así, bajo el membrete de una organización, las autoridades no los persiguen porque las autoridades no tocan a los integrantes de la UPOEG ni del FUSDEG, para evitar confrontaciones con los pueblos, no obstante, aseguró que la población no va a intervenir por ellos.
Reveló parte de la declaración del muchacho que se encuentra hospitalizado y detenido tras la balacera de la madrugada del jueves cerca del punto de control del FUSDEG, atrás del parque industrial de El Ocotito, donde un joven de 23 años fue asesinado de un balazo.
Aceptó que la siembra de amapola en la sierra de Guerrero y el espiral de violencia en torno a su comercialización es un ingrediente del conflicto, pero el FUSDEG entiende que muchos campesinos se dedican a ese cultivo porque no tienen oportunidades de desarrollo ni supervivencia, por lo tanto no decomisan el producto ni persiguen a las familias campesinas.
Del herido dijo que fue contratado por 2 mil pesos semanales para formar parte del grupo de la Policía Ciudadana de la UPOEG en Coacoyulillo, en la sierra de Chilpancingo. Añadió que la Policía Ciudadana de Buena Vista de Salud, comunidad vecina de El Ocotito lo negó “rotundamente” en una reunión con los comisarios de la sierra y del valle.
Incluso, el comisario de Coacoyulillo rechazó que haya un grupo de la policía de la UPOEG en su comunidad.
Conforme con la declaración, Alanis ratificó que el exdiriente de la UPOEG, Marco Antonio Salgado, El Carioca, era el encargado de operar en la sierra, y ordenó el ataque al puesto de control del FUSDEG, que pretendía llevarse a dos coordinadores del sistema comunitario. Subrayó que los comisarios dieron fe de la declaración.
El joven también dijo que hubo ataques en otros pueblos, pero él se negó a participar porque tenía miedo de disparar un arma, y con otros cuatro muchachos hacían labores de vigía, eran halcones en los cerros, y después de 15 días los bajaban a dormir al pueblo pero encerrados bajo llave para que no volvieran a sus casas.
Dijo que la mamá del detenido daba a su hijo por muerto, porque hace dos meses no sabía de él, lo último que supo es que se había ido a trabajar a El Paraíso, pero estaba con grupos armados disfrazados de UPOEG, que reclutan a los jóvenes, el sector más vulnerable en esta crisis política económica y social que se sufre en el estado.
Afirmó que la Fiscalía General del Estado (FGE) hace su propia investigación del caso, y ayer peritos de esa dependencia hicieron las diligencias en el lugar donde hallaron al asesinado y al herido, que ya recibió garantías para su seguridad.
Sin embargo, precisó que el FUSDEG asumió los gastos de traslado de El Ocotito a Tierra Colorada y luego a un hospital de segundo nivel donde se encuentra, porque necesitaba una operación para sacarle la bala que tiene alojada en el abdomen.
“Conseguimos ambulancia y tuvimos que dar para la gasolina de la ambulancia… es vergonzoso que cuando la gente necesita recursos el gobierno no asuma ninguna responsabilidad”, se quejó.
De la reunión de trabajo con los comisarios del valle de El Ocotito, donde hay representantes de las dos organizaciones, así como con los de la sierra, informó que acordaron con las autoridades locales que todos van a revisar qué está pasando con su gente, para mantener a las policías comunitarias y ciudadanas limpias.
En una próxima reunión, de la que no precisó la fecha, adelantó que programaron tomar nuevos acuerdos para promover la paz, “tenemos que fomentar el respeto y la no violencia”.
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| Foto: Bajo Palabra |
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