viernes, 20 de febrero de 2015
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Ejecutan a 8 personas y hallan a dos mujeres en fosas en Iguala

6:07 p.m.
18 de febrero de 2015

Quadratín Guerrero; El Sur; El Diario de la Tarde; Diario 21; Proceso

Siete hombres y una mujer, activista en la búsqueda de desaparecidos, fueron ejecutados entre el 20 de enero y 13 de febrero en Iguala, mientras que los restos de otras dos mujeres fueron hallados en una fosa clandestina.

En todos los casos la división Gendarmería de la Policía Federal (PF) que asumió el control de la seguridad, tras la masacre y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sólo llegó a acordonar el área.

El 20 de enero hombres armados asesinaron de tres disparos a un empleado de un negocio de servicios a domicilio con razón social "San Juditas", ubicado en la calle Ignacio Manuel Altamirano, junto al tianguis de las flores del mercado municipal Adrián Castrejón de Iguala.

En ese hecho autoridades policiacas fueron alertadas por locatarios del Mercado de Florería, quienes escucharon una serie de detonaciones por arma de fuego en el colorido inmueble que suministra de arreglos a prácticamente toda la región Norte.

La víctima fue identificada como Juan Díaz Terán, de 34 años, quien recibió tres disparos de arma calibre milímetros en el interior del expendio floral.

Algunos de sus vecinos en el mercado le rindieron homenaje con veladoras y gerberas en el punto preciso donde una mancha tiñe las locetas del Mercado de Florería.

El segundo asesinato se registró la medianoche del 26 de enero, cuando hombres armados ejecutaron de tres disparos a un taxista en la colonia Adrián Castrejón, al sur de Iguala.

Luego de una denuncia anónima de vecinos del lugar sobre una balacera entre las colonias Unidos por Guerrero y Adrián Castrejón, la Policía Federal llegó y confirmó la ejecución del taxista Carlos Alberto Carreto Salazar de 45 años, "El Sandías", vecino de la colonia Adolfo López Mateos de la misma ciudad.

Fuentes policiacas informaron que el cuerpo fue localizado alrededor de las 23 horas y presentaba tres impactos de bala, uno en la cabeza, otro en el pecho y uno más en el abdomen.

Según los informes, el taxista fue sacado de su unidad y estando hincado los pistoleros le dispararon. Su cuerpo quedó recostado boca arriba con los brazos extendidos hacia atrás y las piernas flexionadas.

Junto al cuerpo fueron hallados cinco cartuchos percutidos calibre 9 milímetros.

De los hechos se informó que no hay testigos y se desconoce la causa de la ejecución.

El tercer asesinato se presentó pocas horas después, alrededor de las 4:30 de la tarde del 27 de enero, contra otro repartidor de la empresa de servicios y mandados "San Juditas", a quien un grupo de sicarios fue a matar a balazos al interior de la casa de su suegro en la colonia “Francisco Villa”, cometiendo el artero crimen en presencia de su  mamá, hermana, esposa y otros familiares.

La víctima, identificada como Víctor David Gómez Niño, tenía 22 años de edad y vivía en la calle Magnolias de la colonia “Che Guevara” de Iguala, y trabajaba como empleado repartidor (motociclista) de la referida negociación.

De acuerdo con las versiones recabadas en el lugar de los hechos, Víctor David había comido en casa de su suegro acompañado de su familia, y al lugar arribaron al menos 8 presuntos pistoleros a bordo de varias motos, mismos que empezaron a disparar contra el domicilio, hecho que fue presenciado por la madre de Víctor, quien preguntó a los agresores “qué pasaba”, y éstos a señas le dijeron que se callara, y continuaron abriendo fuego, lo que provocó que la asustada mujer se desmayara.

Los sicarios dispararon también a quemarropa contra el joven repartidor, quien cayó abatido y ensangrentado, perdiendo la vida casi de manera instantánea, mientras los asesinos se daban a la fuga de la misma forma en que llegaron.

Pese a que arribaron socorristas de la Cruz Roja, éstos ya nada pudieron hacer, pues la víctima había fallecido.

El joven se convirtió en la segunda víctima de asesinato de la empresa repartidora en menos de una semana.

También trascendió que la balacera registrada días antes en el estacionamiento de la Quinta “Blanca Margarita” de Iguala, está relacionada con esta presunta “cacería” de repartidores motociclistas…

El cuarto crimen se registró el 30 de enero, cuando un grupo de personas fuertemente armadas que se desplazaban en vehículos y motocicletas asesinaron a un hombre que intentó huir de un "levantón", esto en la colonia Primero de Mayo de Iguala, a pesar de los operativos de la Policía Federal, el Ejército y la Gendarmería.

Según el informe de fuerzas federales, elementos de sus corporaciones localizaron cerca de las 5:30 de la mañana el cuerpo de un hombre ejecutado a balazos, el cual tenía sólo un pantalón de mezclilla y calcetas blancas.

Al iniciar las indagatorias se supo que el asesinato se cometió cerca de las 2 de la mañana, cuando el hombre, que al parecer había sido levantado, escapó de los sicarios y pretendió huir. Estos, entre gritos, realizaron disparos, asesinándolo. De acuerdo con las autoridades el hombre también recibió el tiro de gracia.

Entre las pertenencias del occiso se hallaron las llaves de una motocicleta por lo que no se descartó que esté relacionado con el asesinato de repartidores exprés.

El 31 de enero los números de emergencia volvieron a sonar cuando hombres armados irrumpieron en un domicilio de la colonia Loma del Zapatero y mataron al profesor Gerardo Gabriel Román Ramírez, esto frente a su familia.

Los hechos sucedieron cerca de las 9 de la noche en la calle Marcos Román Ochoa de la colonia Loma del Zapatero, al poniente de Iguala, donde se halló el cuerpo sin vida de quien fue identificado como maestro de primaria.

La víctima, que fue asesinada frente a sus familiares, recibió tres impactos de bala, uno en el brazo izquierdo, otro en la espalda y uno más en el tórax del lado izquierdo.

Cerca del cuerpo fueron localizados tres casquillos percutidos calibre 9 milímetros.

Según los informes de los familiares, los agresores huyeron del lugar con rumbo desconocido sin que lograran identificarlos.

El sexto asesinato se contabilizó la mañana del 11 de febrero, cuando se descubrió el cadáver degollado de un hombre que tenía dos días desaparecido.

La víctima es Rutilio Sotelo Cano de 45 años y su cuerpo fue encontrado en el interior de una vivienda del barrio de San Gerardo, cerca de la parroquia del lugar.

Fuentes policiacas informaron que en atención a una denuncia ciudadana por olores fétidos que salían de una vivienda abandonada, ésta fue inspeccionada y se halló adentro el cuerpo de la víctima, que ya estaba en descomposición y que había sido degollada.

El cuerpo fue identificado por un familiar como Rutilio Sotelo Cano de 45 años, vecino de Iguala, quien tenía al menos dos días desaparecido.

La séptima ejecución se registró la noche del mismo 11 de febrero en una cancha de futbol de la calle Manuel Doblado del centro de la ciudad de Iguala, donde fue ultimado el joven José Ramón Bernabé Armenta de 26 años.

La ejecución se realizó cerca de la medianoche en una zona caracterizada por la presencia de gran cantidad de bares y cantinas. El joven recibió 4 tiros por la espalda a manos de un perpetrador solitario que portaba una pistola 9 mm, según los cascajos localizados en el lugar.

Familiares del joven se apersonaron al sitio para identificar su cuerpo.

Para el 13 de febrero fue ultimada Norma Angélica Bruno Román, integrante del grupo ciudadano que buscan familiares desaparecidos en fosas clandestinas, fue ejecutada por la mañana en Iguala por dos sicarios que se desplazaban en una motoneta.

La mujer de 26 años fue asesinada frente a sus tres hijos cuando llegaba al panteón Cristo Rey, previo al sepelio del joven José Ramón Bernabé Armenta, quien fuera ejecutado dos días antes.

El crimen de la joven madre se registró cerca del mediodía cuando caminaba sobre el camino de terracería que conduce al panteón y fue alcanzada por dos jóvenes que se desplazaban en una motoneta; enseguida, uno de ellos le disparó a quemarropa.

La víctima fue rematada de un tiro en la cabeza y los sicarios se retiraron del lugar impunemente, refieren reportes oficiales.

Norma Angélica Bruno formaba parte del comité ciudadano denominado Familiares de los Otros Desaparecidos, que se conformó tras el hallazgo de fosas clandestinas y cadáveres en las inmediaciones de Iguala, luego de la masacre y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.

Por si fuera poco, este 15 de febrero un conductor que fue asaltado por hombres armados en la carretera Iguala-Chilpancingo, a la altura de Santa Teresa, recibió un disparo en la cara luego de que lo despojaran de su vehículo.

La víctima es Benito Rodríguez Ramírez de 25 años, vecino de la comunidad de Coatepec del Ocote en Tlacotepec, quien despertó el miércoles, después de tres días de estar inconsciente en el cerro, donde también logró pedir auxilio.

El herido fue trasladado al Hospital General de Iguala donde está bajo resguardo policiaco, con una lesión de arma de fuego que le destrozó la mandíbula inferior, y que por los días que estuvo inconsciente la herida se le infectó.


Hallan a mujer en fosa; es la víctima recuperada 49

Mientras tanto, restos humanos correspondientes a dos mujeres fueron extraídos de dos fosas del paraje La Joya, a las faldas del Cerro Gordo, entre el 17 y 19 de este mes, sumando 50 los cuerpos recuperados por familiares de desaparecidos en Iguala.

El pasado 17 de enero familiares de desaparecidos que guiaron a la PGR, lograron extraer los restos de una mujer con aparentes huellas de tortura, atada de pies y manos y vendada, de una enésima fosa ubicada a las faldas del Cerro Gordo,

Los restos fueron localizados en el paraje La Joya a unos 60 centímetros de profundidad.

Según información de los familiares que acompañan a la PGR, tenía signos de tortura, estaba vendada y atada de pies y manos, como el resto de las víctimas inhumadas en esta zona. Se cree que corresponde a una mujer, pues los restos son de una persona de aproximadamente metro y medio.

Para ayer, a apenas dos metros de la fosa encontrada el martes, se localizó otro cuerpo. Se supo que el cadáver era de una mujer, y que la fosa de la que se inhumó estaba a dos metros de la encontrada el martes, en la misma zona del paraje La Joya.

El cuerpo de la mujer tenía huellas de tortura, estaba vendada de los ojos, atada de pies y manos y sepultada a baja profundidad.

Encima le arrojaron piedras y se supo que al momento de ser asesinada llevaba puesta una bermuda roja o café.

Información obtenida ayer indica que el cuerpo recuperado el martes también corresponde al de una mujer, posiblemente joven, de un metro y medio de estatura aproximadamente. Usaba brackets en su dentadura, tenía el cabello claro, casi rubio, llevaba puesto un pants deportivo rosa y unos tenis blancos con una línea azul.

Desde la creación del comité de víctimas de desaparición forzada, que surgió tras los hechos del 26 y 27 de septiembre, desde su primera búsqueda de restos humanos en fosas clandestinas con el apoyo de guías el 23 de noviembre, han recuperado 49 cuerpos, tres de ellos ya identificados y entregados a sus familiares a través de las pruebas de ADN que tomó la PGR.

En esta zona de La Joya, donde ya han sido exhumados 16 cuerpos de al menos 14 fosas, existen aún unos 18 puntos marcados por el grupo de búsqueda como posibles fosas, cinco de ellos con indicios positivos de la presencia de restos humanos.




 


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